“Conjuro de ríos”, la cuarta exposición del proyecto Selva Cosmopolítica, del Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) en Bogotá, abrió sus puertas esta semana para que los visitantes reconozcan a través de las obras de artistas de Colombia, Brasil y Venezuela la fuerza transformadora de los ríos y la necesidad de protegerlos.
Esculturas, dibujos, pinturas, instalaciones de video y audio y murales forman parte de esta muestra producida por la Universidad Nacional de Colombia U.N., en la que participan artistas como las colombianas Carolina Caycedo y Clemencia Echeverri; los integrantes de la productora Endémica Estudios, Carlos Rincón “Kalú” y Laura Gómez; el indígena yanomami Sheroanawe Hakihiiwe y el maestro brasilero Cildo Meireles.
Para María Belén Sáez, directora de Patrimonio Cultural de la U.N. –que formó parte de la curaduría de la muestra junto al venezolano Luis Romero y la brasileña Kiki Mazzucchelli–, esta es un llamado a la reflexión y a la conservación de los ríos como grandes protagonistas de las seis obras comisionadas y dos invitadas.
“Es un conjuro para dejar que el agua venga aquí a la ciudad a enseñarnos, para cerciorarnos de que no vamos a seguir haciendo ‘oídos sordos’ al daño que le estamos haciendo a la vida de estos ecosistemas con el uso abusivo, desmedido y arbitrario del agua, que es una de las entidades más poderosas y con mayor influencia en la organización y en la generación de la vida”, explica.
De estos ecosistemas dependen la cultura humana y otros seres y entidades, por lo que “Conjuro de ríos” plantea un recorrido estético por las riberas de los ríos Cauca, Magdalena y Orinoco, y otros de Brasil, como abstracción de muchos ríos cuyos cuerpos de agua están conectados y sus flujos asocian comunidades y ecosistemas.
Lo anterior también se hace en esta muestra, vinculando a artistas latinoamericanos de diversos orígenes como Sheroanawe Hakihiiwe, quien reconoce que el río es un elemento fundamental dentro de la comunidad yanomami.
“En el río hay diferentes caños y en estos viven otros hermanos yanomami que dañaron el río. Donde estamos nosotros sí lo estamos cuidando porque si no en el futuro dónde vamos a tomar agua a bañarnos y cómo vamos a cocinar. Nosotros queremos cuidar los ríos”, asegura el artista.
La experiencia de “Conjuro de ríos” inicia para los visitantes desde las afueras del Museo de Arte, que transformó su fachada con la intervención del colectivo Movimiento Urbano, integrado por Carlos Arturo Rodríguez Rico (Ospen de Ink Crew) y Kirley Andrey Barbosa Cifuentes (Runak de ATG Crew), Jhoan Gildardo Montoya (Spoid 72) y Nelson Rodríguez Rico (Dexs de Ink Crew).
Escuchar a los ríos
“Río Oír” es una de las obras invitadas a la muestra “Conjuro de ríos”. Originalmente fue concebida en 1976 por el artista brasilero Cildo Meireles –uno de los artistas conceptuales más destacados de América del Sur– y producida entre 2009 y 2011.
Se trata de una instalación sonora con ecos de aguas naturales y risas. Los sonidos del agua se capturaron en cuatro lugares diferentes de Brasil: la Estación Ecológica Aguas Emendadas, cerca de la ciudad de Brasilia; las Cataratas del Iguazú, en el estado de Paraná; la desembocadura del río San Francisco entre los estados de Alagoas y Sergipe; y la pororoca del río Araguari, en el estado de Amapá. La risa de varios voluntarios se grabó en un estudio de sonido.
“Creo que los ríos son las venas del planeta, sin los ríos no podemos seguir adelante. Son vitales porque todo gira en torno al agua, aunque muchas acciones se cometen contra los ríos”, expresó el artista brasilero durante la inauguración de la muestra.
Es el caso del río San Francisco, uno de los tres más grandes de Brasil; allí el artista fue testigo de la considerable disminución de su caudal al desembocar en el Atlántico, entre las grabaciones que hizo para su obra en 1960 y 50 años después, en 2010.
Con información de la Agencia de Noticias UN
