Werther Holzer, profesor de la Universidad Federal Fluminense piensa que la centralización ya no es la opción urbana.
Arquitecto urbanista, geógrafo y comunicador con énfasis en cine; el profesor brasileño de la Universidad Federal Fluminense, Werther Holzer, cita al estadounidense Frank Lloyd Wright para enmarcar su postura como opositor a un concepto aún presente en la actualidad: la centralización de las ciudades.
“Él fue casi un visionario cuando afirmó que las comunicaciones cambiarían las dinámicas del empleo, unas nuevas relaciones del trabajo que permitirían que el centro no fuera el lugar de la ciudad para ello sino para el encuentro”, declara.
Y lo hace con la convicción de cerca de dos décadas de trabajo investigativo sobre la metropolización de Río de Janeiro, área metropolitana ya cercana a los 12.5 millones de habitantes y que ha estado en el centro de un trabajo enfocado en hábitat, medio ambiente y ciudad; temas que recientemente lo llevaron a la Universidad Nacional de Colombia (sede Medellín), para compartir su visión fenomenológica en la Escuela del Hábitat CEHAP, en la que se dicta la Maestría en Hábitat.
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“La contribución más importante del aporte fenomenológico, en la línea de investigación que vengo haciendo, es que la mayor parte de la producción tanto arquitectónica como urbanística, no ha sido hecha por arquitectos ni por planeadores; sino que ha sido hecho por las personas a partir del conocimiento práctico sobre la ciudad”, manifestó Holzer.
Precisamente, en ese enfoque que pone al ser humano en el centro del urbanismo, es que el profesor brasileño, al abordar las problemáticas actuales de las ciudades latinoamericanas, no solo exige que en cualquier desarrollo urbano sea la participación ciudadana un requisito inamovible, sino que propone la descentralización, opuesta al modelo concéntrico.
Afirma que en la actualidad se piensa que la concentración de la ciudad es el desarrollo más óptimo y sencillo de hacer, pues permite tener una oferta de servicios y beneficios más oportuna. Sin embargo, indica que ello “no es más posible”.
Indica que la centralización de la ciudad configura una dinámica de gentrificación que beneficia y entrega territorios a quienes cuentan con mayores recursos “y tenemos que pensar en crear centralidades a partir de la descentralización”.
En ese enfoque, el profesor explicó que para él, la clave de esa descentralización es la movilidad ya que se han mantenido los modelos de movilización desde las periferias al centro y, en su criterio, lo ideal sería tener pequeñas centralidades distribuidas por el área metropolitana.
“Cuando se piensa en la metrópolis, siempre se piensa la movilidad de la parte externa de la más alejada hacia el centro, hay que cambiar ese modelo”, expuso el también investigador. Agregó que en ese modelo centralista, por ejemplo en la región metropolitana de Río de Janeiro, muchas personas no tienen acceso a agua entendida como la oferta de servicios públicos, lo que inicialmente es un problema pero puede ser entendida como una oportunidad de descentralización.
Y esa oportunidad se presenta al pensar que esos territorios están cercanos a las fuentes de agua lo que permitiría procesos de tratamiento más “económicos y justos”; que además para descentralizar la oferta de energía se pueden fomentar el uso de fuentes solares y eólicas. Esa misma dirección se le daría a la estructuración de la movilidad.
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“Podemos hacer muchas cosas. Estamos acostumbrados, desde la Revolución Industrial, a centralizar la producción de las cosas y tenemos que buscar la manera de descentralizar esta producción”, afirmó el docente de posgrado en la Universidad Federal Fluminense.
Pero, en ese orden de ideas, ¿entonces cuál sería el papel de la centralidad? Como ya lo afirmó Holzer, ese rol sería el de ser el lugar de los encuentros de los habitantes, el del intercambio cultural; el punto en el que las personas de distintos pueblos pueden coincidir en la interacción.
“Creo que eso está ocurriendo en la ciudad más bien planeada, una ciudad en la que se puedan realmente mantener fijas estas áreas centrales con su función principal que es la del encuentro”, concluyó.
