Santiago de Chile puso en marcha este fin de semana un proyecto piloto que busca promover un cambio de hábito en el uso de las calles para generar un ambiente de bienestar público y, además, contribuir a combatir el impacto del cambio climático.
“Calles Compartidas para un Distrito bajo en Carbono” es el nombre de la iniciativa, gestada a partir de experiencias en movilidad sustentable y participación ciudadana en el Reino Unido.
Con una tasa de motorización creciendo anualmente al siete por ciento, y un espacio para circular cada vez más restringido, lo que genera congestión en las vías y altos índices de contaminación, entre otros problemas, este proyecto busca aminorar los impactos de esta realidad.
En los barrios Lastarria y Bellas Artes, punto de partida del proyecto, los moradores ya tuvieron la oportunidad de ser convocados a promover el uso de sistemas de transporte sustentable, a realizar encuentros de diálogo cara-a-cara y a experimentar distintas tácticas y herramientas para reducir las emisiones de CO2 a partir del cambio de hábitos en la movilidad de peatones, bicicletas, transporte público y autos.
Santiago de Chile sufre niveles críticos de contaminación especialmente en los meses de otoño e invierno, cuando disminuyen los vientos, debido a su geografía de ciudad encerrada entre varios cerros y a orillas del río Mapocho.
Los cerca de dos millones de vehículos que circulan por la ciudad, sumados a las bajas temperaturas configuran un efecto térmico que impide la disipación de los gases contaminantes, lo que tiene a la ciudad al borde de una emergencia ambiental por sus niveles altos de polución.
En definitiva, las autoridades y las comunidades, en un esfuerzo necesariamente conjunto, tratan de “sensibilizar a la ciudadanía acerca de cómo nuestras conductas pueden revertir los altos índices de contaminación ambiental a partir de nuestros cambios de hábitos y disposición a compartir la calle”. Si quiere conocer más de este proyecto puede visitar www.callescompartidas.org.
