El debate nacional sobre las falencias en los procesos de reintegración de los excombatientes de las Farc, preocupan en Urabá.
Urabá fue una de las regiones más célebres por las huelgas, los paros y la confrontación laboral. Sin embargo, eso es cosa del pasado según lo afirma Guillermo Rivera, presidente de Sintrainagro, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Agropecuaria.
El dirigente señala que “hace mucho no hacemos una huelga, no porque hayamos renunciado a los principios que constitucionalmente nos lo permiten sino que hemos logrado mejorar la condiciones de vida de los trabajadores sin necesidad de hacer una huelga”.
Explica que ello se ha logrado gracias a que ellos aprendieron a concertar y a su vez los empresarios del sector aprendieron a respetar a los trabajadores implementado modelos de trabajo decente, uno de las premisas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (Objetivo 8).
“Creo que ha habido una integración social muy importante de todas la comunidades que habitamos en esta región, ha habido un compromiso de las instituciones,, de los empresarios de trabajar por desarrollo de la región y la paz. Todos estamos comprometidos en estos procesos de desarrollo integral en medio de los dificultades que ha tenido de años de violencia y confrontación laboral”, recordó Rivera.
Precisamente sobre la resiliencia que ha logrado construir la región y que hoy permite a la generalidad de la región pensar con positivismo sobre lo que se vivió y su deseo de un futuro próspero y sostenible con inversiones de 56.000 millones de pesos en aeropuertos, de puertos con inversiones de 500 millones de dólares como en Puerto Antioquia; entre otros, el presidente de Sintrainagro advirtió que esa posibilidad está en delicado equilibrio.
“Creo que hemos avanzado en todo este territorio y hoy solo esperamos el compromiso del gobierno nacional en nuevo empleos para que resuelva los problemas de reiteración de los desmovilizados de las Farc”.
El sindicalista explicó que tras la firma de los acuerdos, la desmovilización y el inicio de los proceso de reintegración llevará a muchos excombatientes a Urabá por ser originarios de allí o estar asentadas allí su familias y por ello exigió al gobierno ese compromiso que les permita mantener el “desarrollo y la paz, que se sostenga”.
Llamó la atención sobre las extensas propiedades incautadas a grupos ilegales y narcotraficantes que están según Rivera improductivas y que podrían ser aprovechadas en proyectos agropecuarios que generen empleos para esta nueva población que se sumará a los más de 500.000 habitantes de la región.
Rivera teme que si las personas no hallan proyectos productivos para su sostenimiento y el de sus familias, puedan retomar los caminos de la ilegalidad y de esta manera retroceder en los avances logrados en paz, convivencia, resiliencia.
“Exigimos mucho compromiso al gobierno nacional. Tenemos exguerrilleros y exparamilitares allí trabajando en las plantaciones y ese trabajo es integral, el problema es que no hay empleo para todos los que se están desmovilizando y necesitamos crear más empresa”, advirtió Rivera.
Recordó que el Sindicato y los empresarios han aportado en el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores, elementos esenciales para hacer de la región un territorio sostenible resiliente.
“Hemos trabajado en infraestructura, en modelos de concertación laboral con los empresarios. Tenemos un modelo de sindicalismo muy distinto al de todo el país porque nosotros no negociamos solo pliegos, sino que trabajamos con como los aspectos sociales con las comunidades de nuestro entorno, víctimas de violencia, los desplazados y hemos trabajado integralmente y seguimos trabajando”, indicó Rivera.
