El colectivo ciudadano “Insolente” reivindica el derecho de las mujeres mexicanas a movilizarse en bicicleta cuándo y cómo quieran. Su objetivo es superar las limitaciones que intentan imponer las urbes latinoamericanas al disfrute femenino y al derecho a la ciudad. Y lentamente están logrando que tal “insolencia” crezca.
La palabra “Insolente” tiene en buena parte de la geografía latinoamericana una connotación fuerte y hasta negativa, pero es sin duda una palabra perfecta para definir el espíritu libertario de sus fundadoras y que quieren transmitir a miles de mujeres mexicanas, para que salgan a las calles, disfruten la ciudad y ejerzan su derecho a ella subidas en una bicicleta.
El movimiento, que surgió inicialmente con un énfasis feminista hoy ha tomado un carácter esencialmente ciudadano y trabaja por el diálogo entre los distintos actores de la movilidad para promover el respeto en las vías, la formación para que más mujeres aprendan a usar la bicicleta y dejen el miedo a transportarse en ella en su vida cotidiana y la promoción del uso masivo de la bicicleta para combatir la posición hoy hegemónica del auto en la mayoría de las ciudades mexicanas.
LA Network dialogó con Myriam del Toro, consultora independiente y representante del movimiento “Insolente” en la ciudad de Colima, para conocer detalles del trabajo de este colectivo.
¿Cómo nace Insolente?
Insolente nace en Ciudad de México, fue fundada por Laura Benjumea, una mujer activista, feminista; sin embargo, ha ido creciendo en diferentes ciudades de la república mexicana y hoy está en 12 ciudades del país y ha ido cambiando para tratar de convertirlo en algo que sea más por el empoderamiento de la mujer, por el derecho que tiene la mujer del uso del espacio, de la calle, de la vía pública y de sentirse segura y cómoda en un espacio que debe ser de todos.
Mencionaba usted en la conferencia que han logrado resignificar la palabra Insolente, que tiene un sentido fuerte en México
Es la idea, per se la palabra suena fuerte, puede parecer alguien grosero, y sin embargo, sí es ser un poco grosero: insolente con la ciudad, insolente con los hombres para decir nosotras también tenemos derechos en la vía pública, nosotras también podemos salir a rodar en tacones, en shorts, en falda, en vestido, como sea, porque es un derecho que yo tengo y que no es algo exclusivo de los hombres, y sin embargo, la bicicleta ha sido usada la mayoría de las veces por hombres ya sea trabajadores, ejecutivos, obreros, pero principalmente era un artefacto o un medio de transporte utilizado por los hombres: el panadero, el albañil, el obrero, pero no una panadera o no una mujer que trabajara en la construcción, o sea, hay cosas que han sido como exclusivas del hombre no porque deban ser sino porque por costumbre así se ha dado y nuestro objetivo es hacer que más mujeres se suban a la bici, que más mujeres lo vean como un sistema de transporte cotidiano y que se sientan cómodas y seguras como sea que las deseen usar, ya sea para ir a trabajar, para ir al supermercado, para llevar a sus hijos a la escuela, pero que se sientan cómodas y seguras al utilizarlas; y la insolencia se da en el sentido de que estamos haciendo algo que contraviene las “reglas sociales”, y lo digo entre comillas, o las costumbres que se han dado por muchos años.
Queremos recavar en ese asunto que mencionaba en la conferencia sobre cómo la mujer puede subirse a la bici con la ropa que quiera hacerlo
Para empezar, en el mundo se entiende al ciclismo por la referencia que existe de las competencias deportivas del Tour de Francia, la Vuelta de Italia, entonces se ve al ciclista como una persona con un jersey o una ropa exclusiva para ciclismo, con sus licras, con su adecuación especial para el asiento; sin embargo, la bicicleta no surge en las competencias deportivas, la bicicleta es un medio que nació para usarse en las calles, en las ciudades; sin embargo, el automóvil le ha ganado espacio a la bicicleta, más bien ha sacado a las bicicletas de las calles y se perdió, entonces, ese gusto de salir a la calle, de andar en bici. Cuando éramos niños salíamos a rodar, salíamos a nuestras ciudades a andar en bici y sin embargo hoy el crecimiento que ha tenido el parque vehicular, ha obligado a que la bicicleta se haga a un lado y se ha usado más para cuestiones deportivas, pero para usarla en la ciudad mucha gente piensa que necesita tener ropa especial y sobre todo las mujeres. El hombre al final siempre usa pantalón y se puede subir a la bicicleta y no tiene ningún problema, una mujer en minifalda todo mundo le dirá “cómo te vas a subir a la bici en minifalda”, pues igual se puede, o se podría y no tendría esto el porqué generar temor, miedo o vergüenza de utilizar la bicicleta con la ropa cotidiana.
¿En qué ciudades está Insolente, cómo logra la red articularse nacionalmente?
En cada ciudad hay una persona responsable del colectivo, en el caso de Colima la responsable es Maripaz Fuentes, ella está en contacto con las encargadas de las otras ciudades que hay en Monterrey, Tamaulipas, Jalisco, Ciudad de México, en el Estado de México, en Chiapas, en Guerrero, Colima, Sonora, Sinaloa, es decir, hay más de 12 estados que tienen la presencia de Insolente y ellas están en contacto a través de redes sociales, plantean las fechas en las que se va a hacer la “Rodada de Altura” que es la que se hace en tacones, la fecha para la campaña de “Vámonos queriendo”, porque es una campaña que se hace en todas estas ciudades no solamente en Colima, y ellas coordinan esas fechas, coordinan la imagen que se va a trabajar en toda la república, entonces en todos los estados en donde esté Insolente se publica información similar.
Háblenos sobre la campaña “Vámonos queriendo”
“Vámonos Queriendo” es una campaña que se hace en el mes de febrero en el Día del Amor y la Amistad, con la intención de decirle al automovilista que podemos compartir el espacio. Si nosotros vemos la pirámide de movilidad que debe prevalecer en el mundo, la preferencia la tiene el peatón, después el ciclista, después el transporte público, después el transporte de carga y, finalmente, el automóvil particular; entonces, estamos tratando de unir la primera persona del eslabón y la última, pasando obviamente por todos los demás medios de transporte; sin embargo, es el automovilista el que tiene la creencia en este momento de que es a quien le pertenecen las calles. “Vámonos Queriendo” es una campaña para acercarnos a los automovilistas y decirles que podemos compartir el camino no porque lo diga el reglamento de tránsito, no porque lo diga una autoridad, sino porque por simple convivencia humana debemos compartir el espacio público. La calle es de todos, sin embargo, ya los niños no pueden salir a la calle porque corren el riesgo de que los atropelle un automóvil, pero la campaña ‘Vámonos Queriendo”, que ya se ha hecho por más de 7 años en cada mes de febrero, es con esa intención, acercarnos al automovilista y decirle: podemos estar en el mismo espacio. Les regalamos una paletita o un adhesivo con frases que inviten a vivir armónicamente, no a generar el odio, no a exigir un respeto sino a tratar de entendernos y colaborarnos para tener una mejor ciudad.
Otro programa de Insolente es la Bici Escuela de Mujeres. ¿Cómo ha sido esa experiencia?
Para mi gusto ha sido una de nuestras acciones más bonitas. El invitar mujeres que de niñas se cayeron y ya no se animaron a seguir porque quedaron con un trauma y sin embargo, tratar de demostrarles que se puede andar en bici no importa la edad, es maravilloso. En Insolente hay mujeres de 75, 60 años que van a las rodadas, que van y vienen. Mujeres que hace cinco años empezaron a usar la bicicleta a raíz de Insolente y que en este momento tienen 60 años de edad, es decir, a los 55 años aprendieron a andar en bicicleta, se subieron por primera vez a una bici y hoy hacen recorridos en la ciudad de 13 o 14 kilómetros. O cuando salen al campo o la playa de más de 40 kilómetros. Y no importa la edad, no importa la condición social, no importa todo lo que está alrededor… la Bici Escuela entonces invita a estas mujeres que les da miedo, que les da vergüenza y que no se animan a contarle al hermano, al amigo, enséñame a andar en bici o yo no sé andar en bici, simplemente les preguntas: “¿oye, te has subido en alguna bici, vamos a rodar? Ah, no es que no sé.” Y entonces es animarlas a que usen la bicicleta. La Bici Escuela empezó hace cinco meses aproximadamente y más de 20 mujeres han ido a aprender allí. Es el proyecto más nuevo y para mi gusto uno de los más bonitos porque es decirle a la mujer: tú puedes, y eso, además, te va a dar una sensación de autonomía porque ya no dependo del taxista o del automóvil para ir a cualquier lado, entonces es tener otra posibilidad de trasladarse por nuestra propia cuenta.
¿Y el programa está solo en Colima o en las otras ciudades?
Se hace también en las otras ciudades en donde está Insolente. Yo hablo de la experiencia que tenemos en Colima, de la cantidad de mujeres que han estado presentes, pero también están los líderes de las ciudades, quienes acordaron abrir este espacio y se hace en todas las ciudades en donde está Insolentes.
Por último, háblenos cómo ha sido el trabajo de Insolente allí en Colima
Todo se hace a través de redes sociales, de la página de Facebook que es Insolente Colima, ahí se publican las convocatorias, ahí se invita a participar en las reuniones para planear las actividades del año, y está abierto a quienes deseen participar,, tampoco están obligados a quedarse, pueden decir “ya no me siento cómoda”, o cambié de trabajo y ya el horario me cambió y el trabajo no me lo permite, no hay una sanción o una represalia por salirse del colectivo y es abierto a todo el mundo. Si yo hoy entro a la página o supe de Insolente Colima y vi que están invitando a ir el fin de semana a rodar a tal sitio, yo llego a la hora que dicen ahí, al punto indicado y puedo rodar con ellas, no hay una membrecía, tampoco hay registros de ingresos. En la página hay más de 2.000 personas registradas, hombres y mujeres porque se puede seguir la página por cualquier persona: por ejemplo en las rodadas temáticas en Navidad, la rodada de la mujer, la rodada de altura, las actividades de “Vámonos Queriendo”, hay una participación promedio de entre 50 y 70 ciclistas y quienes asisten a las reuniones de planeación y están organizando son aproximadamente 20 personas.