“Tenemos que replantearnos la ciudad”: Gilles Lipovetsky

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LA Network
16 agosto, 2017 - Cultura

El francés Gilles Lipovetsky es uno de los filósofos vivos más influyentes en la actualidad. Sus reflexiones sobre el hiperconsumo y el capitalismo han resonado en decenas de aulas y auditorios del mundo. Las más recientes ideas están siendo compartidas en Medellín bajo el título de ‘El nuevo mundo del lujo’, una conferencia que también pone su mirada sobre la ciudad.

“El capitalismo financiero se concentra en resultados a muy corto plazo, y el consumo tiene una lógica de eterno presente. El problema es que eso tiene un impacto sobre el equilibrio del planeta y sabemos que las cosas no pueden continuar de este modo por tiempo indefinido.”

Así de claro fue Gilles Lipovetsky en alertar al mundo en 2012 sobre las enormes consecuencias que la crisis ecológica tiene para el porvenir de la sociedad planetaria. Hoy sigue en su papel de “trotamundo”, disertando sobre este y otros asuntos que tienen como hilo conductor el ya dramático nivel de consumismo de los seres humanos.

No hay duda que el francés es hoy uno de los filósofos vivos más influyentes del planeta. Es ampliamente reconocido por su mirada del individualismo y el consumismo. Ha tenido en su trabajo intelectual una especie de fascinación por explorar los deseos y necesidades del hombre actual frente a un entorno cambiante en lo que él llama la “ruptura social”, que no es otra cosa que una humanidad inmersa en transacciones de compra y venta y que ha buscado en el placer de comprar, de consumir, la excusa para evadir sus problemas verdaderos.

La Escuela de Verano de la Universidad Pontificia Bolivariana en Medellín ha sido su más reciente estación, donde ayer y hoy ha convocado a una legión de jóvenes estudiantes, profesores y público externo para que sean testigos de sus reflexiones sobre el consumismo en la posmodernidad y el lujo derivado del modelo capitalista imperante.

Gilles Lipovetsky en su primera jornada ayer en la Universidad Pontifica Bolivariana de Medellín. Foto: UPB

Si bien el pensador francés abordó ayer temas como el papel de la educación versus las reformas políticas para combatir el consumismo; también planteó consideraciones relevantes para la sostenibilidad de las ciudades y su papel en el mundo actual y futuro. Para él, las ciudades deben ser replanteadas.

Frente a la pregunta sobre la relación entre lujo y ecología, Lipovetsky  afirma que todavía debe ser analizada pero que en la actualidad “se tiene mucho lujo privado, autos, licores, la moda, todo es privado, pero no hay mucho lujo público, eso no era así en el pasado”.

Recordó que hace pocos siglos la riqueza de instituciones como el Estado o la Iglesia imaginaba y hacía realidad maravillas como las grandes catedrales “pero eso no era privado, era para todo el mundo. Yo estoy de acuerdo con que el lujo público y las cosas bellas sean para todo el mundo y no solo para los que tienen esa riqueza”.

Y precisamente, al hablar sobre esa desigualdad en la distribución de los ingresos, fue que el filósofo francés señaló que las ciudades deben ser renovadas para la satisfacción estética y unas relaciones entre seres vivos y su entorno, una ecología sana.

Lipovetsky en conferencia de prensa luego de su charla «El nuevo mundo de lujo».

“Concretamente tenemos que hacer un gran esfuerzo en aplicar un urbanismo para que nosotros demos la posibilidad a los arquitectos de rehacer ciudades bellas y con respeto por lo ecológico. Porque tenemos preocupaciones como el calentamiento global, el calor terrible que nos acosa en este siglo, tenemos que replantearnos la ciudad ya que ahora la mitad del mundo vive en ciudades, ¿y en un siglo?”.

Sobre esas ciudades, Lipovetsky señaló que para el futuro hay que reconciliar en ellas al hombre y la naturaleza, “haciendo una agricultura biológica  que ahora es muy cara pero es necesaria: En las ciudades hay que ir en ese sentido, hay que digitalizarlas con fachadas y techos cubiertos de plantas; y que además esconda los horrores de la arquitectura actual: anónima, fría, impersonal.

¿Y cómo hacer eso? El autor de múltiples tratados filosóficos, expresó que el papel de la cultura, más que la política, puede cambiar ese consumismo voraz que se hace manifiesto en las ciudades y que llevaría a extinguir la vida en el planeta. “Tenemos que reinventar la educación para que la vida no se extinga en el consumismo, pero hay que dejar de pensar que los sermones moralistas van a cambiar las cosas, no es quejándose”, señaló.

Agregó que “solo la cultura puede bajar la presión del consumismo, el apetito por las cosas, no creo en las reformas políticas para cambiar ese orden de cosas. Yo creo en la cultura, en el sentido amplio del término, para cambiar el orden de las cosas”.