Con un énfasis en la protección del peatón, la capital argentina presentó el primer Plan de Seguridad Vial de la ciudad con el que se impone metas hasta el año 2019.
Ponerse en los zapatos del otro. Dejar atrás la creencia de que cada uno de nosotros tiene la prioridad a la hora de movilizarse. Comprender que si respetamos al otro podremos movernos más ágilmente en la ciudad. Estas son las ideas que el Gobierno de Buenos Aires pretende promover entre los habitantes de la capital, al presentar el Plan de Seguridad Vial 2016-2019.
El plan es la expresión de un proceso de participación de varios actores de la ciudad porteña que incluye a familiares de víctimas de tránsito, representantes del sector de la salud, empresarios de la industria automotriz y de motocicletas, asociaciones de ciclistas, sindicatos de motociclistas, universidades y autoridades de tránsito, quienes trabajaron juntos en la definición de los lineamientos.
Adicionalmente, el plan está inspirado en el programa Visión Cero, que ha sido aplicado en varias ciudades del mundo con el objetivo de disminuir las muertes y lesiones por accidentes de tránsito.
Buenos Aires recibe diariamente 2´950.000 personas que ingresan desde la zona metropolitana. Esta población genera 8 millones de viajes de los cuales el 84% son en transporte público. De ese total, el 57% son en colectivo, el 18% en el metro subterráneo, el 4% en taxi, el 3,5% en bicicleta y el 1% en ferrocarril. El 16% restante en vehículos privados o motos. Está claro que a mayor cantidad de vehículos, mayor probabilidad de accidentes y siniestros.
Y es que la ciudad registró 91 muertes por accidentes viales en 2015. De este número el 69% de las víctimas fatales fueron peatones y motociclistas.
“Nuestra meta es bajar en un 30% la cantidad de víctimas por incidentes viales en la Ciudad para el año 2019”, afirmó Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno de Buenos Aires.
El plan se desarrollará sobre cuatro ejes: infraestructura, control y legislación, educación vial y concienciación, y compromiso ciudadano. Los ejes estarán monitoreados por el Observatorio de Seguridad Vial, una instancia que justamente llevará a cabo mediciones y estudios de las acciones implementadas
Entre las principales acciones en el área de infraestructura estarán: restringir 261 cuadras a vehículos motorizados en horarios pico; generar 5 nuevas áreas peatonales; establecer 6 áreas en donde la velocidad máxima permitida sea 30 km/h; ampliar a 400 estaciones el Sistema de Transporte Público de Bicicletas; y ofrecer 2500 bicicletas públicas, entre otras.
En lo relativo al control y legislación habrá 4 medidas para implementar: superar los 2.000 agentes de tránsito en calle; realizar la Verificación Técnica Vehicular de 600 mil automóviles y más de 60 mil motocicletas; alcanzar 2.000 cámaras que monitoreen el tránsito y medir en los conductores el comportamiento del uso del casco, cinturón y celular.
En el apartado de educación y concienciación la idea es trabajar en ese objetivo con 60 mil alumnos en las escuelas y con 6 mil conductores profesionales; implementar nuevas prácticas y cursos en los trámites de otorgamiento y renovación de la licencia de conducir; y desarrollar campañas de comunicación y focalizadas en problemas clave.
Y por último, con el Observatorio se pretender publicar anualmente reportes de siniestralidad, crear un sitio web para que los vecinos puedan solicitar y aportar información sobre seguridad vial; y promover el trabajo conjunto con la sociedad civil, los familiares de víctimas y el sector privado a través de acciones del programa Amigos de la Movilidad Sustentable y Segura.
“Con proyectos como Metrobús, Ecobici y Áreas Peatonales, nos planteamos el desafío de rediseñar el espacio púbico para darle prioridad a las personas. El Plan de Movilidad Sustentable es el pilar que marca el rumbo de esta política pública que busca mejorar nuestra movilidad y promover el bienestar de las generaciones futuras”, explicó Juanjo Méndez, secretario de Transporte de la ciudad.
Ahora el gran reto de la ciudad y de su gobierno es pasar del plan al hecho y sobre todo, generar un cambio cultural en el tránsito para que no haya ninguna víctima fatal y herido grave. Buenos Aires quiere ser una referencia latinoamericana en el logro de la visión cero y el trabajo por delante es mucho.
