Cali. Colombia.

En las últimas semanas fuimos testigos de una batalla entre dos ciudades que competían, sanamente, por ser la sede de la próxima COP16. Este evento de talla mundial, realizado cada dos años, es la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica y el Gobierno Nacional le otorgó a Cali dicho honor. El pasado de esclavitud y libertad, su territorio biodiverso, sumado a la diversidad étnica y racial, y un contexto violento marcado por un estallido social reciente que buscar ser resarcido, le han dado la ventaja sobre Bogotá.

Aunque la competencia fue, para muchos, innecesaria, creo que las estrategias de las dos ciudades estuvieron marcadas por bellos mensajes que resaltaban lo mejor de cada una en materia de biodiversidad y naturaleza. De hecho, ya los alcaldes de Cali y Bogotá enviaron un mensaje en el que trabajarán juntos por el proyecto que, al final, es del país y del mundo. Dicho mensaje será reforzado por el slogan de la COP “Paz con la naturaleza” que busca generar diálogo y construcción colectiva para lograr desarrollo ambiental y social.

Es común pensar en las ciudades capitales cuando se menciona un país, sin embargo, como lo he reiterado en varias ocasiones, el poder actual de las decisiones y las soluciones recae en los niveles locales y eso incluye ir más allá de las capitales nacionales. Si queremos un verdadero desarrollo económico sostenible y equitativo hay que sumergirnos un poco más y darle la oportunidad a otras ciudades. Que líderes mundiales vuelquen la mirada del país hacia la Región Pacífica es ya una ganancia para Colombia.

La COP es, esencialmente, un escenario internacional de discusión, debate, negociación y acuerdos sobre la biodiversidad y los ecosistemas, la crisis climática, la pérdida de hábitats naturales, la sobreexplotación de los recursos naturales, la cooperación internacional y la financiación que permite cumplir con las metas acordadas. Una vez más, estos encuentros multitudinarios de tomadores de decisiones mundiales se convierten en todo un reto para pasar del papel y las palabras a la realidad. Una vez más, será un llamado urgente para cumplir con las metas trazadas y evitar más catástrofes como las que hemos venido viviendo a causa del cambio climático y las actividades humanas irresponsables.

La conferencia marca un hito importante para el país justo en estos momentos en que nos encontramos en un contexto crítico en materia política, de inseguridad, violencia y cambio climático. Colombia tiene un rol importante y, como parte del top 10 de los países más biodiversos del mundo, tiene la tarea de demostrar que trabaja en pro de la flora y la fauna, de su gente, como ha sido el mensaje del gobierno actual. Ojalá ser los anfitriones sirva para mejorar una imagen de país actualmente deteriorada y se convierta en una oportunidad para unir sectores y actores de todo tipo en pro de un mismo proyecto país.