Estas son las características de las ciudades mejor preparadas para confrontar el Covid-19

Estas son las características de las ciudades mejor preparadas para confrontar el Covid-19

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LA Network
25 marzo, 2020 - Salud

Expertos advierten de la necesidad de medir la capacidad de las urbes que acogen hoy a 4 000 millones de personas y son el centro del impacto de la pandemia por coronavirus.

Estas son las características de las ciudades mejor preparadas para confrontar el Covid-19
Una gobernanza consolidada, una infraestructura de salud (el número, la calidad, la accesibilidad y la capacidad de los hospitales, las unidades de cuidados intensivos), algunas de estas característica. Foto: Bahía de Singapur

Una herramienta como la Evaluación Rápida de Seguridad de Salud Urbana (Ruhsa, por sus siglas en inglés), creada por el Centro para la Ciencia y la Seguridad de la Salud Global de la Universidad de Georgetown, y que puede determinar las capacidades de una ciudad, la preparación de su sistema público de salud y las capacidades de respuesta en caso de epidemias y otros; podría haber sido fundamental en una reacción más pronta a la pandemia de coronavirus en las urbes del mundo.

Así lo consideran expertos del Foro Económico Mundial que destacaron cómo -en una evaluación inicial-, ciudades como Taiwán y Singapur, las que consideran “abiertas, transparentes, colaborativas y adoptan respuestas integrales”, pudieron reaccionar mejor ante la actual pandemia, aplanaron la curva gracias a una detección precoz y así evitaron la saturación de sus sistemas de salud.

“Las ciudades también juegan un papel central en la preparación, mitigación y adaptación a las pandemias. De hecho, muchas de las normas y reglas para que las ciudades manejen enfermedades infecciosas se discutieron por primera vez en una conferencia sanitaria global en 1851”, indican colaboradores del Foro Económico Mundial (WEF).

Esto para decir que el que 4 000 millones de personas vivan en ciudades y la propagación se haya presentado justamente en urbes con altos niveles de comercio, demográficamente densas y con extensas redes de conexión con otras urbes cercanas o del mundo; es a la vez el problema, pero también la solución, pero con una advertencia: los brotes virales se presentan con mayor frecuencia en las zonas periféricas de las ciudades, en sus bordes. Las concentraciones de desigualdades socioeconómicas en una urbe, la hace potencialmente más vulnerable a los impactos de una epidemia, ello comparado con una ciudad menos densa y con mejores recursos.

Otras de las capacidades que debe tener una ciudad para enfrentar mejor crisis como la que actualmente deja al mundo con 421 000 infectados y cerca de 19 000 muertos; son una gobernanza consolidada, una infraestructura de salud (el número, la calidad, la accesibilidad y la capacidad de los hospitales, las unidades de cuidados intensivos), contar con medidas de vigilancia proactiva, y capacidades de comunicación para difundir medidas comunitarias como el aislamiento social.

Sin embargo, los expertos consideran que por sí mismas, estas características (o ‘hardware’ como las llaman) no son suficientes para tener una respuesta ideal ante amenazas como las actuales. “Lo que también se necesita es ‘software’ como protocolos establecidos y probados, educación adecuada para el proveedor y una estrecha colaboración entre médicos calificados, enfermeras y otras personas del estado a los niveles locales. Sin duda, la falta de gobernanza, la planificación deficiente y los sistemas descentralizados de atención médica pueden socavar la respuesta ante una pandemia, al generar confusión, miedo y mayores costos”.

Finalmente, los integrantes del WEF señalaron que en la actualidad se aplican herramientas como el índice de Salud Global desarrollado por organizaciones tan importantes como el Centro Johns Hopkins para la Seguridad de la Salud y la Unidad de Inteligencia de The Economist; que determina las capacidades de las ciudades ante pandemias. “Identificar las brechas en la planificación de la ciudad y los determinantes socioeconómicos subyacentes de la salud de la población también podría ayudar a estimular flujos de recursos más efectivos hacia áreas vulnerables”.