En la capital mexicana los procesos de aprendizaje en centros de reclusión han disminuido de un 40 a un 30 por ciento los casos de reincidencia.
Una premisa: “cuando las personas ingresan a un centro de reclusión, pierden su derecho a la libertad, pero comienza su derecho a la reinserción”, es la base de partida del convenio firmado por la Ciudad de México para favorecer los procesos de enseñanza-aprendizaje en la población preliberada.
Así lo destacó Patricia Mercado Castro, Secretaria de Gobierno de la capital mexicana, quien aseguró, además, que 11 mil personas preliberadas podrían ser beneficiadas pues con el programa que ofrece el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), tendrán la oportunidad de continuar sus estudios en las propias comunidades.
De acuerdo con las cifras manejadas por el Gobierno de la Ciudad de México, gracias a programas como este el nivel de reincidencia ha disminuido de un 40 a un 30 por ciento, es decir, se ratifica que cuando las personas en reclusión entran a un programa educativo, el porcentaje de reincidencia es menor especialmente en la población preliberada más joven.
“La intención es educar para la libertad, para empoderar a las personas que estuvieron en conflicto con la ley y que se puedan reinsertar de mejor manera en la sociedad, garantizándoles un derecho al porvenir”, remarcó, por su parte, Mauricio López Velázquez, director general del INEA.
La firma de este convenio, en el que además participa el Instituto de Reinserción Social de la Ciudad de México, enfoca el trabajo en la necesidad de dar continuidad a los servicios de educación básica para personas que se encuentran en libertad o prelibertad, mediante plazas comunitarias que serán instaladas por el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos.
