La salud mental en las situaciones de emergencia

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LA Network
9 noviembre, 2023 - Salud

La protección y promoción de los derechos de las personas con problemas de salud mental y discapacidades psicosociales graves es particularmente importante en las emergencias humanitarias, e incluye las visitas, el seguimiento y el apoyo en instituciones psiquiátricas y residencias geriátricas.

La salud mental es fundamental para la recuperación socioeconómica general de las personas, las sociedades y los países tras una emergencia. Foto de RDNE Stock project: https://www.pexels.com/es-es/foto/hombre-emergencia-rescate-cuidado-de-la-salud-6520049/

Las situaciones de emergencia causan malestar a la mayoría de las personas, que se manifiesta, por ejemplo, en forma de ansiedad y tristeza, desesperación, trastornos del sueño, cansancio, irritabilidad o ira y/o dolor.

Estos efectos son habituales y suelen mitigarse con el tiempo. Sin embargo, es previsible que la prevalencia de los trastornos mentales frecuentes, como la depresión y la ansiedad, se duplique durante las crisis humanitarias.

Casi todas las personas que soportan una situación de emergencia sufren alguna forma de malestar psíquico cuya gravedad se aminora con el tiempo en la mayoría de los casos. A su vez, la carga de enfermedades mentales en las poblaciones afectadas por conflictos es muy elevada: de acuerdo con una revisión realizada por la OMS que incluyó 129 estudios realizados en 39 países, el 22 % de las personas (es decir, más de una de cada cinco) que han vivido en una zona afectada por un conflicto en algún momento de los 10 años previos sufre depresión, ansiedad, trastorno por estrés postraumático, trastorno bipolar o esquizofrenia.

“A menudo, los trastornos mentales y problemas psicosociales, suelen incrementarse en circunstancias de emergencia, poniendo en mayor riesgo a las personas afectadas al atravesar por un evento traumático, y perjudicando su salud mental. Además del apoyo psicosocial oportuno brindado por los sistemas de salud, los primeros auxilios psicológicos buscan evaluar los daños y necesidades de la persona, planificar e implementar las intervenciones requeridas según el caso y teniendo en cuenta el contexto, con el fin de alivianar el sufrimiento o malestar. También, se hace indispensable en el proceso de recuperación o mejoría del paciente, una red de apoyo estable, siendo estas, aquellas relaciones con las que se establecen vínculos solidarios, que le permitan al paciente fortalecerse y afrontar dificultades. Con respecto al proceso de recuperación, es diferente para cada individuo, por lo que el proceso de ninguna manera es lineal ni predecible”. Destacó la psicóloga colombiana Yaneli Arias Lopera, diplomada en Prevención y Atención del Comportamiento Suicida, y con experiencia en el trabajo con comunidades vulnerables y mujeres víctimas del conflicto.

Según este estudio, la prevalencia puntual (es decir, la proporción de personas que presenta una enfermedad en un momento dado) de las formas leves de depresión, ansiedad y trastorno por estrés postraumático en las zonas afectadas por conflictos es del 13 %, y la de las formas moderadas, del 4 %. En cuanto a los trastornos graves: esquizofrenia, trastorno bipolar y los casos graves de depresión, ansiedad y trastorno por estrés postraumático, alcanza el 5 %. De acuerdo con las estimaciones, uno de cada 11 individuos, es decir el 9%cque ha vivido bajo un conflicto bélico o violento en algún momento de los 10 años previos, padece un trastorno mental de moderado a grave.

En la población que vive en zonas de conflicto, la depresión suele ser más habitual en las mujeres que en los varones y, al igual que la depresión, aumenta con la edad.

Las personas que padecen trastornos mentales graves son más vulnerables durante las emergencias; por ello, deben tener acceso a los servicios sanitarios y necesitan que se satisfagan sus necesidades básicas. En una revisión publicada en 2014 sobre un sistema de información sanitaria utilizado por 90 campamentos de refugiados en 15 países de ingresos medianos y bajos, se observó que el 41 % de las consultas por trastornos mentales, neurológicos o de abuso de sustancias guardaban relación con la epilepsia, el 23 % con trastornos psicóticos y el 13 % con formas de moderadas a graves de depresión, ansiedad o trastorno por estrés postraumático.

“Independiente de si la persona afectada padece o no una enfermedad mental leve o severa, es difícil tener certeza acerca de cuál sea su reacción frente a una situación de peligro. Sin embargo, es pertinente mencionar que es posible fortalecer las habilidades para la vida o las competencias psicosociales, entendidas como las capacidades de una persona para enfrentarse exitosamente a las exigencias y desafíos. Estas habilidades están compuestas por las reacciones habituales y por las pautas de conducta que cada individuo ha generado durante su proceso de aprendizaje y desarrollo de sus potencialidades”. Agregó la psicóloga Arias Lopera.

La reforma de los servicios de salud mental será más rápida si, durante cada crisis, se intenta aprovechar el aumento de las ayudas y la atención a la salud mental a corto plazo. Foto de Mikhail Nilov: https://www.pexels.com/es-es/foto/ligero-gente-oscuro-vehiculo-8942729/

Eficacia de la respuesta de emergencia

Las directrices internacionales sobre salud mental y apoyo psicosocial en las situaciones de emergencia refrendadas por la OMS recomiendan prestar estos servicios a varios niveles, desde la asistencia básica hasta la clínica. Además, la atención clínica a la salud mental deben prestarla profesionales especializados en la materia, como personal de enfermería psiquiátrica, psicólogos o psiquiatras, o bien otros profesionales supervisados por ellos.

La asistencia comunitaria y el apoyo psicosocial se deben reforzar, por ejemplo, creando o restableciendo grupos comunitarios cuyos miembros resuelvan conjuntamente problemas y participen en actividades como la ayuda humanitaria de emergencia o la capacitación, y haciendo participar a las personas vulnerables y marginadas, entre ellas las que padecen trastornos mentales.

Los primeros auxilios psicológicos, que deben prestar personas que actúen en el terreno —en particular profesionales sanitarios, docentes y voluntarios formados para ello— proporcionan apoyo afectivo y práctico en primera instancia a las personas que sufren malestar psíquico agudo debido a un acontecimiento reciente.

Todos los centros sanitarios deben contar con profesionales sanitarios cualificados u otros trabajadores de la salud a quienes se supervise, con el fin de prestar servicios clínicos básicos de salud mental a las personas que presenten trastornos que se consideran prioritarios, como la depresión, los trastornos psicóticos, la epilepsia, el alcoholismo y otras adicciones a sustancias.

“Es indispensable fortalecer la prevención desde todo punto de vista. Es prioridad la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad, basada en el fortalecimiento de la asistencia comunitaria y el apoyo psicosocial, creando grupos comunitarios, voluntariados, servicios clínicos básicos de salud mental, sistemas y políticas de salud pública, proporcionando apoyo profesional en primera instancia ante un acontecimiento catastrófico”. Remarcó la psicóloga colombiana Yaneli Arias Lopera, diplomada en Prevención y Atención del Comportamiento Suicida, y con experiencia en el trabajo con comunidades vulnerables y mujeres víctimas del conflicto.

La protección y promoción de los derechos de las personas con problemas de salud mental y discapacidades psicosociales graves es particularmente importante en las emergencias humanitarias, e incluye las visitas, el seguimiento y el apoyo en instituciones psiquiátricas y residencias geriátricas.

Es necesario establecer vínculos y sistemas de derivación entre los especialistas en salud mental, los médicos generalistas, los profesionales sanitarios que trabajan fuera de los centros de salud y otros servicios como las escuelas, los servicios sociales y la ayuda humanitaria de emergencia que distribuye alimentos y agua y que proporciona cobijo o vivienda.

Foto de Emma Bauso: https://www.pexels.com/es-es/foto/mujer-sosteniendo-la-mano-del-hombre-3585811/

Tipos de problemas

Cualquier situación de emergencia a gran escala genera diversos tipos de problemas sociales y de salud mental.

Problemas sociales:

preexistentes: por ejemplo, pobreza y discriminación de grupos marginados;

causados por la emergencia: separación de la familia, inseguridad, pérdida de medios de subsistencia, descomposición del tejido social y disminución de la confianza y los recursos; y

causados por la respuesta humanitaria: hacinamiento, falta de privacidad y pérdida del apoyo comunitario o tradicional.

Problemas de carácter psíquico:

preexistentes: trastornos mentales como depresión, esquizofrenia o alcoholismo;

causados por la emergencia: duelo, reacciones agudas al estrés, consumo abusivo de sustancias o bebidas alcohólicas, y depresión y ansiedad, incluido el trastorno por estrés postraumático; y

causados por la respuesta humanitaria: ansiedad debida a la falta de información acerca de la distribución de alimentos o de la manera de obtener otros servicios básicos.

Con información de la OMS