Restauración ecología de las cuencas hídricas

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Eduardo Torres Lara
12 diciembre, 2021 - Ecología Urbana

Los sistemas hídricos urbanos, compuesto principalmente por esteros, ríos, lagunas, humedales, estuarios y la zona costera se encuentran fuertemente degradados. Si sumamos los efectos del cambio climático el panorama no es bueno. Por esto es que la conservación y restauración de estos ecosistemas es una prioritaria.

La mayoría de las ciudades chilenas se encuentran en la zona costera, en la parte baja de los sistemas hídricos, donde el paisaje es dominado por la urbanización e intervención directa de los cauces hídricos. Sin embargo existe otro sector sumamente importante y que por lo general omitimos, la cabecera o parte alta de las cuencas, ese territorio donde se originan los cauces que finalmente desembocan en el océano.

Una hoja que desprendida del árbol al caer en un curso de agua inmediatamente da comienzo a un complejo proceso de transformación. La materia orgánica es disuelta y degradada por el agua y los microrganismos existentes en ella, luego esta materia orgánica viaja por el rio hasta los estuarios y humedales incorporándose al sistema costero, finalmente son capturados por las aves, peces y otro organismo. Esa hoja que se originó cientos de kilómetros se ha transformado en alimento y vida de todo un ecosistema.

Lamentablemente en las zonas altas de las cuencas (sobre todo las originadas en la cordillera de Nahuelbuta, caso que ejemplificare) el bosque nativo ha sido arrancado de raíz y reemplazado por plantaciones de monocultivos de pino o eucaliptus. Este cambio en la cubierta forestal ha sido perjudicial y solo responde a la búsqueda del rendimiento máximo del suelo para siembra de un mismo tipo de cultivo. Algunos de los problemas de este tipo de uso del suelo son la sobreexplotación del suelo, erosión, pérdida de biodiversidad, proliferación de plagas y enfermedades y un estrés hídrico debido a las elevadas cantidades de agua que consumen este tipo de monocultivos.

Un ejemplo de la estrecha conexión del sistema hídrico y la ciudad lo podemos visualizar en la cuenca de la laguna Quiñenco, ciudad de Coronel. De esta Laguna nace el estero Lagunillas, tributario del humedal Boca Maule. La cuenca nace de la divisoria de aguas de la cordillera de Nahuelbuta drenando las aguas en dirección poniente conformando la Laguna Quiñenco. Este sector cordillerano es de propiedad privada, destinado exclusivamente al monocultivo de pino. Por su parte la Laguna es utilizada para abastecimiento de agua para la población urbana de la comuna de Coronel (derechos de agua entregados a ESSBIO). Estos dos usos producen un estrés hídrico en la cuenca, ya que ambos consumen elevadas cantidades de agua, mientras que la recarga de agua cada año es menor debido a lo escaso de las precipitaciones. En junio de este año se produjo un descenso del nivel de la laguna generando alarma en la población. Si bien no podemos establecer una causalidad entre el descenso del nivel de la laguna y el monocultivo si podemos establecer que la capacidad de carga de la laguna está en su límite máximo. De mantener la tendencia a la baja en las precipitaciones el panorama no es nada alentador.

A lo anterior se debe sumar que en todo el suelo colindante a la laguna se permite la actividad residencial, y es precisamente en este sector done se concentra la edificación de viviendas, con mas de 10 mil unidades construidas en la ultima década. Lo que ha implicado el relleno de amplias zonas de humedales, la captación de agua desde el acuífero, desvío y modificación del cauce del estero Lagunillas.

Desde diversas instancias surgen algunas ideas para restaurar y proteger este ecosistema, uno de ellos es la declaración de humedal urbano expediente elaborado por el municipio de Coronel y entregado al Ministerio de Medio Ambiente (actualmente a la espera del decreto que reconoce el humedal urbano). Otra acción sugerida es la de sustituir las plantaciones de pino por bosque nativo (por lo menos el sector colindante a la laguna), diversos estudios nos demuestran los beneficios de recuperar lo que alguna vez fueron extensos bosques nativos del uso extensivo del monocultivo de pino. Todo esto debe ser acompañado de un robusto sistema de medición de la calidad del agua como del nivel de esta. Estos datos deben ser públicos, tanto su divulgación como la administración del propio sistema de medición.