Un río en peligro de perder sus aguas y su memoria

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LA Network
12 septiembre, 2017 - Ecología Urbana

La ciudad colombiana de Valledupar es mundialmente conocida por ser la cuna de la música vallenata. Su río, el Guatapurí, que ha servido de inspiración para juglares y artistas de este género musical, hoy está degradándose y en enorme peligro por la contaminación, los asentamientos informales y la violencia. Un estudio de la Universidad Nacional de Colombia plantea ideas para revitalizarlo.

Río Guatapurí en Valledupar

“Cuando el Guatapurí se crece al sentir mi pasión se calma. Es un río que nace en la Nevada, que en todo el Cesar fuerte se siente, pero mi gran pasión la iguala el ímpetu de su torrente…” Así reza un fragmento de la canción Amor Sensible, escrita por el malogrado compositor vallenato Fredy Molina, quien murió de manera trágica a los 27 años de edad, pero que se haría reconocido mundialmente gracias a la interpretación que de su canción hizo la mega estrella colombiana Carlos Vives.

Desafortunadamente del río que describe Molina en su canción –una postal de la década de los 60 – ya queda cada vez menos y por el contrario, de no hacer algo perderá sus aguas y con ellas se llevará la memoria histórica de una ciudad y una región que tienen en el Guatapurí a uno de los grandes protagonistas de la vida urbana.

Problemas como el mal manejo de basuras, los asentamientos informales, la alta movilización de personas desplazadas y el crecimiento de bandas delincuenciales emergentes que se lucran de la droga en cercanías del río, amenazan la memoria colectiva del afluente de la capital del departamento del Cesar.

Este diagnóstico se desprende de una investigación de la Universidad Nacional de Colombia en la que sus integrantes estudiaron y recorrieron durante un año y medio el paisaje circundante del río Guatapurí, sus visuales sociales, urbanas, estructuras hídricas, afluentes y llanuras de inundación. De igual manera, los conceptos de identidad, imagen y memoria se utilizaron como refuerzo de las características propias de la topografía y vegetación nativa.

Santander Beleño Pérez, líder de la investigación y magíster en Diseño Urbano de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), explica que el río Guatapurí es el único sitio de recreación popular de la ciudad; hace 50 años se podían recorrer sus 15 kilómetros, lo que generó una memoria e identidad urbana.

Valledupar. Zona de Hurtado

Detalles de la investigación

“¿Qué es lo que la gente recuerda del río? Hace 30 años se habla del ‘pozo del caballo’, ‘pozo del triángulo’, ‘pozo de los cerezos’. Hoy las personas no pueden pasar por allí pues hay barreras tangibles. Los sectores están rodeados por asentamientos, espacios en los que se vende droga y la delincuencia común es la ley”, relató el experto.

Estas barreras, como las define Beleño, amenazan la memoria colectiva de la ciudad, en especial la de los jóvenes, quienes no tienen conocimiento ni identidad de lo que para Valledupar representa el paso de sus aguas.

“A finales de la década de los ochenta se empezaron a construir estos asentamientos con todo tipo materiales, y se desvió el caudal del río. Los POT siempre han determinado que esas zonas son de riego por inundación y las personas que viven allí generan tanta basura que cuando llueve el río se sale de su camino y afecta a toda la comunidad”, manifestó el arquitecto.

Por ello, explica en su investigación, es necesaria una transformación urbana que reubique a las personas que se encuentren allí, lo que hará que bajen los índices de delincuencia, y así mismo reducir la producción de basuras que afectan los caudales.

Actualmente el único lugar identificable para los turistas está ubicado debajo del puente de Hurtado, lugar donde está el monumento de la sirena.

Así se ve la invasión de cerca de 15 kilómetros que afecta el buen uso del río Guatapurí. Foto: Orto foto IGAC POT 2015

Más música y cambios servirán para revitalizarlo 

 Y si la música ha hecho visible a Valledupar a los ojos del mundo, la música debe servir también para salvar el río, en opinión de Beleño. “el vallenato está ligado al río, allí los juglares soñaban y se inspiraban para componer lo que hoy conocemos. Esto es memoria colectiva, que gracias a ellos se conocen sus aguas”.

Dentro de su investigación encontró que si se liberan los kilómetros suficientes para el libre flujo de sus caudales se podrán crear zonas ecológicas, culturales y recreativas, además de una artesanal y de renovación, lo que generará mayor turismo para Valledupar.

“Entre las propuestas de la investigación está la de rescatar y revalorizar las calles que se conectan para poder asentar a las personas dentro de la ciudad. Este río se encuentra a 400 metros del borde de la ciudad, en donde se mueve toda la economía, y que la nueva generación pueda disfrutar de toda la magnitud del río”, añadió el arquitecto.

Hecha esta investigación, la tarea ahora es recuperar el río. Las autoridades de gobierno de la ciudad, pero sobre todo los habitantes de Valledupar tienen el compromiso de renovar el Guatapurí, para que siga siendo musa de inspiración de los músicos y artistas vallenatos. Y patrimonio cultural y ambiental de Colombia.

Con información de la Agencia de Noticias UN.